¡NO DEJEMOS QUE, LOS VERDUGOS QUE NOS GOBIERNAN JUEGUEN CON NUESTRA MEMORIA PARA QUE OLVIDEMOS EL TERROR COMETIDO CONTRA FARKHUNDA!

نگذاریم جانیان حاکم با حافظه ما بازی کرده دهشت علیه فرخنده به فراموشی سپرده شود!

Ya han pasado dos años desde el linchamiento de Farkhunda, un terror que sacudió a las personas con conciencia tanto de Afganistán como en el mundo entero. Las autoridades afganas no reacionaron ante ese crimen horrible, y hasta el dia de hoy, los auténticos autores de esa atrocidad como Sharaf-e-Baghlani, habib-e-Dehafghanan y las cabezas criminales que les apoyan, no han recibido sus castigos, sino que descansan con tranquilidad. Algunos elementos misóginos como Mulla Niazi, Simin Hasan-Zada, Zelmai Zabuli y Hashmat Estanekzai defendieron a los asesinos de la mártir Farkhunda, y si no hubiera sido por la presión de los usuarios de Facebook, seguramente que un grupo enorme de los que trabajan en el gobierno y que tiene la misma mentalidad que ellos, para presumir de ser musulmán, se uniría con los arriba mencionados.

El linchamiento de Farkhunda y el proceso del juicio expositivo y ridículo de unos cuantos, una vez más, ha demostrado que en un país invadido por los EEUU y controlado por los opresores que venden su patria, la justicia y la igualdad no tienen ni un mínimo valor, sobre todo cuando la víctima es una mujer. Las cabezas corruptas y reaccionarias lo disimulan con una discreción traicionera. Ashraf Ghani al no mostrar interés en esta catástrofe impactante demostró su naturaleza anti-popular, sin embargo, está obsesionado en cómo sacar dinero del bosillo de una nación pobre y enlutada para entregarlo a la tesorería del Gobierno y llenar aún más los bolsillos de las autoridades saqueadoras.

Para escapar del juicio popular, una manera convencional de los criminales dominantes es, encubrir los crimenes y traiciones mediante la creación de comisiones y otras formas demagógicas. En el caso de la mártir Farkhunda también, primero para desviar la atenión de la opinión pública se creó una comisión dirigida por unas mujeres gubernamentales y negociadoras que no tuvo logro algunos. Acto seguido, para apaciguar la ira de la gente, se celebró un juicio abierto pero ridículo. En cambio, en la práctica no solo no fueron juzgados los auténticos responsables de ese terror, sino que para tapar la boca a la familia de la víctima y a sus querellantes se tomaron algunas acciones. Las instituciones gubernamentales creando barreras y problemas paulatinamente intentaron prohibir la construcción del “Minarete de Conmemoración de la mártir Farkhunda” por el Partido Solidario de Afganistán, aunque por suerte, fueron llevadas a cabo las tareas de la construcción del minarete mediante la presión y ayuda de la gente. En el primer aniversario del linchamiento de Farkhunda, cuando su familia, y sobre todo su valiente madre apareció ante la prensa, expresó su repulsa por la falta de atención e inutilidad del Gobierno durante el juicio de los autores del crimen contra su amada hija, fue amenazada y se intentó sobornarla.

Algunos elementos oportunistas y cobardes, que llevan en su frente el nombre de la “Sociedad Civil”, cuando se dieron cuenta de que el caso de Farkhunda no podría ser falseado, lo dejaron a parte y optaron por el silencio. Hoy en día, según las últimas investigaciones e informes, la mayoría de los acusados fueron liberados y no se conoce el veredicto definitivo. Incluso, Espozhmai Wardak, vicepresidente del Ministerio de Asuntos de la Mujer, declaró sobre la influencia e intervención al respecto, de algunos coaccionadores que están ocupando puestos en las Instituciones Ejecutivas y Judiciales. Pero ojalá hubiera tenido el coraje y conciencia suficientes para mencionar sus nombres o al haber visto toda esa traición contra la mujer afgana, presentar su dimisión de esta autoridad tan inútil que ostenta.

El Partido Solidario de Afganistán llama a la gente oprimida y a las fuerzas progresistas del país, a que se den la mano los unos a los otros para levantase contra los opresores reaccionarios fundamentalistas y no-fundamentalistas, sinó, la vida de cualquier mujer y hombre de esta patria no será mejor que la de Farkhunda. No hay que permitir que jueguen con nuestra memoria. Al menos, lo que se puede hacer, es salir a la calle en los días de aniversario de la muerte de Farkhunda para no permitir, que al negociar con la sangre de Farkhunda, Rukhshana, Tabasum y miles de mujeres anónimas de Afganistán, se allane el camino para llevar a cabo atrocidades más graves contra la mujer afgana.

¡Nuestro silencio es, nuestra muerte!

Partido Solidario de Afganistán

18 de marzo de 2017

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