LAS MASAS DE AFGANISTÁN Y DE PAKISTÁN TIENEN EL DOLOR Y EL ENEMIGO COMÚN
- Categoría: Artículo
- Escrito por Partido de la Solidaridad de Afganistán
- Publicado: Lunes, 09 Febrero 2015
“La injusticia es una amenaza para la estabilidad de la justicia en el mundo.”
Tras los ciegos ataques suicidas y la matanza de nuestro oprimido pueblo, ahora, la brutal masacre de los niños de una escuela en Peshawar, causa dolor en el corazón de cualquier persona con conocimiento y conciencia. La masacre sin piedad de unos 150 niños inocentes y haber herido a más de 130 personas perpetrada por los bárbaros talibanes, demuestra la profundidad de crímenes de estos brutales de la historia por milésima vez.
Aunque esta escuela ha sido creada por el ejército pakistaní, no obstante, según la información, educaba a los niños pertenecientes a los sectores más pobres de la sociedad. Las víctimas de este nuevo suceso eran alumnos que con deseos infantiles y sin tener prejuicios y discriminaciones, no tenían ningún papel en los acontecimientos de la sociedad que merecieran tal destino triste.
Lo más doloroso es que algunos afganos mal informados y superficialmente, debido a estar en contra de Pakistán, tocaron el tambor de felicidad por este hecho catastrófico a través de redes sociales cuando, en realidad, este tipo de trato inhumano es en conformidad con los talibanes sangrientos, estos enemigos comunes de la humanidad. Supongamos que esos niños eran hijos de los militares pakistaníes, aun así, esos niños no habían cometido ningún delito para que fuesen merecedores de muerte.
Hoy en día la gente pobre de Pakistán igual que nuestra dolida gente, lloran por la pérdida de sus seres queridos. Nosotros más que los que más sentimos físicamente el peso del corriente luto y lo compartimos con los oprimidos pakistaníes. Pero por otro lado, el sistema autoritario y antipopular de Pakistán, sobre todo el ejército y el servicio secreto de este país, es el patrocinador de los talibanes sangrientos y desde hace años que está involucrado en todos los sucesos sangrientos tanto en Afganistán como en la región y reconocemos a este régimen como el auténtico responsable de los actos brutales de sus crías bastardos tanto en nuestro país como en Pakistán. Nosotros distinguimos mucho entre la gente y el estado de aquel país y consideramos injusto anotar las suciedades de los coroneles y gobernantes paquistaníes al nombre de las masas nobles paquistaníes, ya que estas últimas, han experimentado las consecuencias traidoras de las políticas de su gobierno.
Según Urfan-ullah, un estudiante que sobrevivió del ataque de los talibanes, Afshán Ahmed una maestra de 24 años se interpuso entre los alumnos y los talibanes gritando: “Sólo podréis matar a mis hijos después de haberme matado a mí. Yo no podré ver los cuerpos de los niños empapados de sangre.” Los talibanes le tiraron petróleo encima y la incendiaron. Ella, mientras intentaba salir de las llamas, gritaba a sus alumnos que escaparan.”
El terrorismo fundamentalista no tiene frontera y es una herramienta de derramamiento de sangre en las garras de los regímenes coercitivos y sus gobernantes lacayos. Este virus mortal no tiene otro objetivo que ser obstáculo ante cualquier avance y progreso. El fundamentalismo no importa si sea talibí, daeshí, gulbuddiní (1), haqaní (2), Al Qaeda o akhundí (3) y perteneciente a algún partido, todos tienen las mismas peticiones, como diferentes figuras de organismos promotores de ignorancia, se sitúan en el servicio de las políticas belicistas y colonizadoras del Occidente. Mediante la ayuda económica de EEUU, Inglaterra, Arabia Saudí y otros países, las madrasas Haqania y miles de otras madrasas son financiadas como aparatos de la creación de suicidas y terroristas en Pakistán. Ya está claro para muchos de ustedes que, desde hace décadas, todos estos movimientos son supervisados directamente por el ejército y el servicio secreto de Pakistán. Los gobernantes pakistaníes son como bastones de la colonización en la región, apoyando a la mayoría de las bandas medievales y fundamentalistas. Luchar contra estos microbios requiere la unión y convergencia de la gente, movimientos progresistas y todos los que tienen conciencias despiertas en la región.
En lugar de odiar a las masas inocentes paquistaníes, tendríamos que levantar la voz contra la política de conformidad y tributo de los que están descansando en el Arg (palacio presidencial en Kabul), porque desde hace años dicha política fue llevada a cabo por Karzai, y ahora de manera escandalosa, continua aplicándose en el gobierno de Ain y Ghain(4) [sic]. Su inclinación y tolerancia ante lo que están haciendo los matones ignorantes, han hecho que éstos multipliquen las olas de asesinato y atrocidad. El encuentro escondido de Ashraf Ghani con los oficiales paquistaníes en Rawalpindi y el viaje espontáneo del jefe de Estado Mayor del Ejército de Pakistán, Raheel Sharif y el jefe del ISI (Inter- Services Intelligence), Rizwan Akhtar en Kabul, es otra alama de peligro que demuestra otra negociación infame lejos de los ojos públicos. Como antes, otra vez los altos rangos del Estado de Afganistán serán entregados a las crías de Pakistán. La presencia extensa de estos espías en las filas altas gubernamentales es tan escandalosa que, incluso el ministro de Asuntos Interiores y el responsable de la Presidencia de la Seguridad Nacional y algunas autoridades, lo han confesado reconociéndolo como una causa de inseguridad en el país.
El gobierno paquistaní e ISI (Inter-Service Intelligence) criaron a los talibanes y otros terroristas como una serpiente en la manga, pero ahora, su veneno mortal se ha convertido en su amenaza.
También, la gente de Pakistán tendría que saber si aparentemente Maulana Fazel Rahman, el General Hamid Gul, Taher Ashrafi, Emran Khan, Jamaat-e-Islamí, el Consejo de Ulema de Pakistán y otras personas y movimientos de este país levantan la voz contra los ataques suicidas en Pakistán, no obstante, defienden las olas de matanzas perpetradas por los talibanes en Afganistán llamándolo yihad (guerra santa). Todos ellos en realidad, son reconocidos como enemigos de las masas paquistaníes.
Aquellos que dan legitimidad a la presencia del terrorismo en tierras ajenas, en realidad traicionan primero a su nación, ya que este animal salvaje no reconoce ni frontera, ni tribu, ni nación, ni tampoco clan, destruyendo a la humanidad donde esté.
El Partido Solidario de Afganistán que lucha irreconciliablemente por la liberación de los trabajadores, nunca podrá limitarse a observar los impactantes crímenes cometidos contra los oprimidos en cualquier parte del mundo. Como una de las soluciones, nosotros creemos en la unión y la convergencia de todos los movimientos prolibertarios, progresistas y defensores de la justicia, tanto a nivel mundial como regional, para contener la barbaridad y la agresión, las cuales están siendo una gran amenaza para la humanidad.
Nosotros creemos que Estados Unidos y sus aliados coaccionadores y belicistas, para salvarse de la crisis y reprimir a sus rivales asiáticos, quieren hundir los países del Tercer Mundo directamente o a través de sus lacayos en las mandíbulas de guerra y terror. Así que, hay que comprender el riesgo, en lugar de crear conflictos entre los pueblos de otros países, intentar unificarlos.
El Partido Solidario de Afganistán, como los recientes ataques suicidas en Kabul, Helmand, Paktika, Kundus y el resto de las provincias, condena enérgicamente el derramamiento de sangre de los niños paquistaníes reconociéndolo como una atrocidad de los movimientos antihumanos y antiprogresistas. Nosotros pedimos a todas las entidades, personas nacionales y honorables y organizaciones antiguerra y antiterrorismo, que mediante su lucha implacable y extensa tengan un papel importante contra los estados reaccionarios y traidores intentando establecer estados democráticos y populares para poder salvar a la Humanidad de esta crisis actual.
La concentración de los partidos de izquierda paquistaníes para protestar contra la matanza de los niños perpetrada por los talibanes en una escuela en Peshawar.
Unas estatuas hechas de arena por un artista indio llamado, Sudarsan Pattnaik, para compartir el luto con los paquistaníes por la matanza de los niños.
La concentración de la sociedad civil paquistaní delante de una mezquita llamada, Lal Masjid, para protestar contra un imam quien había anunciado su obediencia a los brutales de Daesh (ISIS).