EN EL PAVIMENTO DE LA CALLE


Con toda mi ira
Con todo mi odio, locamente
Grito
¡Eh, verdugo!
¡Infame!
¡Oh, cuando un hombre
Mata al otro
Se mata a si mismo!
El hecho de ser humano
¡Escucha eh, verdugo!
Por fin llegará
El día de revolución
El día del juicio
El día de la venganza
El día de crear este pantano de sangre
Bajo esta lluvia sangrienta
Crecerá la semilla de la venganza
Y este pantano seco
Estará plantado con las flores del odio
¡Oh, cuando la sangre por la ira de un rebelde!
Se enciende en el horno de los corazones.
¡El rayo de la punta de una lanza qué despreciable es!
Y el grito de la gente,
Cuando resuena
Como el ruido del rayo, desde un horizonte al otro
¡Qué agradable es!
¡Escucha eh, verdugo!
La ira grita en la trompeta,
La furia tuca el tambor,
Por todas partes hay desobediencia
Y dentro del lecho de la ira de la gente
Nace el tifón.
¡Escucha eh, verdugo!
¡No tapes la cara con las manos manchadas de sangre!
Por mucho que intentes, te reconoce la gente.
Brilla bajo tus botas
Las manchas de sangre excesiva.
Y está envuelto en la montaña y en el desierto
Tu nombre infame con las consignas “muera” de la gente que reclama justicia
Y queda de la sangre de los mártires
En los pavimentos del camino
El retrato de un grito:
¡Eh, verdugo!
¡Eh, infame!


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